La línea que se transforma en mancha, la mancha que se vuelve figura y la figura en personaje y todos conviven en el universo pictórico de Pedro Roth. Un universo onírico que transita del sueño a la vigía en maravillosas obras donde el color germina y se reproduce en múltiples reflejos, limpios y transparentes, como en un vitraux.
por Soledad Obeid.
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